Demostrar que la conciencia es nuestro verdadero juez, siempre equitativa y acertada, y que ella sola, convenientemente ilustrada, es fuficiente para hacernos conocer las nociones de lo bueno y lo justo

BASE DE ESTUDIO

Independientemente de toda supuesta revelación divina capaz de obscurecer las cualidades que llamamos, virtud y justicia.

Por ningún motivo podemos permitir que nuestra conciencia influida por malas prácticas o por ideas dogmáticas se aparte de la búsqueda del bien común